Cerveza lambic afrutada con zumo de frambuesas, de fermentación espontánea y 2,5% de alcohol.
La Lindemans Framboise tiene un color rosado con espuma rosa claro de persistencia media-alta.
En nariz presenta un dulce aroma a frambuesa que resulta agradable sin llegar a empalagar.
Tiene un magnífico y delicado paladar a frambuesa con matices ácidos con un sabor elegante, brillante, natural y limpio.
Sugerimos su consumo acompañada de postres con gran presencia de chocolate, frambuesas en todas sus formas, flan o incluso ostras o caviar.
Timmermans Kriek Retro Lambicus - Timmermans Tradition Kriek Retro Lambicus
Esta cerveza seduce directamente con su vestido de colorido ancestral y su aroma afrutado que embalsama muy agradablemente el olfato. Su sabor amargo pero muy ligeramente azucarado recuerda lo agradable que puede resultar beber una cerveza repleta de historia. La Timmermans Tradition Kriek Retro se degusta igual que se mira un cuadro de Brueghel.
Bajo un aroma algo agrio, esta kriek de gran tradición despliega su alfombra de acidez y recuerda sin embargo de manera elegante que la cereza es su elemento distintivo respecto a la gueuze. No obstante, el sabor de su lambic envejecido toma lo esencial del paladar, con tan sólo un ligero redondeo por lo afrutado. En su progresión, provoca en la lengua sensaciones variadas y muy puras, para concluir en una excelencia de acidez franca pero muy refrescante y sana por su tradición. Su brillo es el reflejo de su burbuja, a imagen de su espuma aérea.
Timmermans Framboise Lambicus
La Timmermans Framboise se obtiene añadiendo al lambic aromas de frambuesa 100 % naturales. Tras un periodo de maduración en barricas de roble, la cerveza se vuelve de un color delicadamente rosado para satisfacer sus deseos más dulces. La Framboise Timmermans se degusta con fineza y elegancia.
Reproduce fielmente el color del fruto hasta en el gusto de frambuesa madura, respetando a su vez la acidez clásica del Lambic. Esta pura maravilla para el paladar amaga su paroxismo en el retrogusto bucal pleno que es donde se esconde todo su frescor.